De qué se trata el proyecto que busca evitar la muerte súbita en lugares públicos.
La ministra de Salud Pública de la Provincia, Rossana Chahla, entregó a nueve instituciones cardiodesfibriladores con el objetivo de mejorar la salud integral de la comunidad y continuar generando áreas cardioprotegidas.
La funcionaria explicó que luego de realizar un mapa de riesgo establecieron cuáles son los lugares de acceso de público masivo en los que se desarrolla una muerte súbita y, sobre esa base, se definió el orden de prioridades de cada zona para iniciar las capacitaciones y entrega de Desfibrilador Externo Automático (DEA).
“La idea es fortalecer el programa trabajando en los lugares donde hay mayor concurrencia de gente. Creemos que el equipamiento es importante, pero también lo es la capacitación que recibe el personal, y es lo que esperamos que se multiplique en todos los sectores”, indicó la ministra.
En Argentina hay aproximadamente 40.000 muertes por esta patología, por lo que el Ministerio de Salud de la Provincia instauró una política para dar respuesta a esta demanda. La meta es desarrollar capacidades y destrezas en el recurso humano de los hospitales y en instituciones no vinculadas a esa cartera, en reanimación cardiopulmonar básica.
En este sentido, el rector de la Universidad San Pablo-T, Horacio Deza, indicó la utilidad del equipamiento: “Contar con un cardiodesfibrilador es de suma importancia porque podemos salvar vidas. Tenemos 10 minutos para actuar en caso de que ocurra algo, además antes de que termine el año se capacitará a todo el personal para su uso”.
Entregas en otras instituciones
El director de Sanidad del Penal de Villa Urquiza, Rafael Pastoriza, explicó que lo importante además de la capacitación es el lugar en el que debe ser colocado el equipo: “Los cardiodesfibriladores se ubicarán en lugares estratégicos para que en caso de ser necesario no se demore más de un minuto en acceder al equipo”.
Los desfibriladores entregados por el Ministerio tienen una tecnología automática, por lo que no requiere la interpretación de un cardiólogo entrenado para leer ritmo cardiaco. El software que tiene este instrumento reconoce si el paciente necesita una descarga eléctrica y en caso que sea así brinda las instrucciones para que el operador las administre. Si la descarga eléctrica se realiza dentro de los diez minutos el paciente tiene posibilidad de sobrevida mayor al paro cardiaco. Es una herramienta tecnológica de alta complejidad pero de uso sencillo para que pueda ser usado en todos los efectores de salud.
Por último, Darío Almaraz, representante de la Junta Electoral de la provincia, contó que son varios años los que trabaja en conjunto con el Ministerio. “Una de las cosas que pedimos fue la provisión de un equipo y una ambulancia para que pueda atender nuestras necesidades, que afortunadamente no ocurrieron. La respuesta siempre fue positiva e inmediata porque el fin común es prevenir”, concluyó.
El programa de áreas cardioprotegidas se desarrolla desde el 2015, capacitando en las destrezas y tecnologías necesarias para atender la muerte súbita en el mismo lugar donde se produce, hasta que la persona pueda ser atendida por el servicio de emergencia especializado.