El Santo respetó demasiado a River y vuelve a Tucumán con las manos vacÃas y un futuro negro.
Si duraba cinco minutos más capaz lo empataba. Esa es la sensación del final y como todo final olvida lo vivido y confunde lo pasado.
Cuando entró Gonzalo también sonó a final. Como un guiño de Floreal al delantero que los hinchas han maltratado como si fuera un Vitale.
El final de esta tarde tuvo el decoro que disimula la prolijidad. Tic tic tic, qué lindo juega San MartÃn por momentos. Juega sin tiempo, sin pasarlo a nafta, como si recién empezara el campeonato. Tic tic tic, como si no se estuviera hundiendo en el descenso.
Porque hoy tenÃa que ganar San MartÃn. Y lo hubiera hecho si jugaba bien y los encargados de jugar al fútbol hubieran jugado al fútbol. Tanto se quejó MatÃas GarcÃa de su puesto como lateral que como 10 siguió en el mismo tono que cuando entró contra Belgrano.
Lo mismo le pasó al jugador que lo apodan Droopy. Rodrigo Gómez nunca fue capaz de faltarle el respeto a River. SÃ, es River. ¿Y? ¿Qué hay que respetar? ¿Por qué no fueron capaces de mantener el tono que terminó con el cabezazo de Moreira?
Insisto: todo bien con los jugadores que vienen de Temperley. Hasta son capaces de descontar, ¿pero Bieler en el banco, Floreal? No pesó ni influyó cuando entró a los 21 minutos del segundo tiempo. Nunca va a pesar ni influir si no es titular.
A media máquina ganó River. Eso duele más. Si perdés, si caés, si te vas a la B, morà de pie. Déjenlo todo. No se guarden nada. No jodan con el hincha. Apoyan, pero no son boludos. Saben más de fútbol que todos nosotros. Quedan cinco fechas. Sólo un milagro salvará a San MartÃn. Sólo un milagro.