¿Qué planes tienen los talibanes?, ¿podrán irse los afganos que no quieran vivir bajo el régimen talibán?, ¿Cómo los tratará la comunidad internacional?, ¿volverá a ser Afganistán base de organizaciones terroristas globales?
Las últimas tropas estadounidenses se fueron de Afganistán el lunes por la noche. Ahora los afganos están preparados para los tiempos difíciles que se avecinan bajo los talibanes.
La primera vez que los militantes islamistas gobernaron el país, entre 1996 y 2001, cuando fueron expulsados por la invasión liderada por Estados Unidos, impusieron una interpretación estricta de la ley islámica y dieron refugio a grupos terroristas globales como Al Qaeda. Veinte años después están presidiendo un país devastado por la guerra, golpeado por una severa crisis económica, la sequía, la pandemia de Covid-19 y un Isis resurgente.
“La guerra no terminará”, dijo Zamari, de 26 años, quien estudió administración de empresas en una universidad privada. “Los estadounidenses se fueron y ahora ha llegado Daesh (Isis). No estoy feliz, ni tampoco triste de que los estadounidenses se hayan ido. América ha sido reemplazada por Daesh. Estaremos sufriendo la guerra y la inseguridad, así como el desempleo y la mala situación económica”.
¿QUÉ PLANES TIENEN LOS TALIBANES PARA GOBERNAR AFGANISTÁN?
Cuando gobernaron Afganistán por primera vez, los talibanes prohibieron la educación de las niñas, prohibieron a las mujeres en el lugar de trabajo y en los espacios públicos e impusieron castigos brutales como arrojarles piedras a las mujeres acusadas de adulterio y cortar las manos a los presuntos ladrones.
Los líderes talibanes insisten en que su ideología se ha modificado desde entonces y que planean respetar las libertades civiles y los derechos de las mujeres dentro del marco de la ley sharia.
Sin embargo, aparentemente tomados por sorpresa por la velocidad de su conquista de Kabul, los nuevos líderes de Afganistán aún tienen que revelar una nueva estructura de gobierno, o sus políticas clave, a pesar de las promesas de ofrecer un “gobierno inclusivo”. Los líderes talibanes están en conversaciones con el ex presidente Hamid Karzai y otros políticos prominentes sobre posibles roles en la nueva administración, pero aún no han llegado a ningún acuerdo.
¿PODRÁN IRSE LOS AFGANOS POCO DISPUESTOS A VIVIR BAJO EL RÉGIMEN DE LOS TALIBANES?
Después de la toma de posesión de los talibanes, Estados Unidos y sus aliados evacuaron a más de 120.000 civiles, tanto sus propios ciudadanos como afganos considerados “en riesgo” de represalias por cooperar con gobiernos extranjeros. Pero miles de afganos que buscaban evacuar no pudieron llegar al aeropuerto de Kabul, debido a las caóticas multitudes y los controles de los talibanes.
Los talibanes dicen que los afganos con una autorización de viaje válida podrán irse una vez que se reanuden los vuelos civiles. Pero la organización puede tener dificultades para volver a poner en funcionamiento el aeropuerto, ya que hasta ahora ha rechazado las llamadas internacionales para una presencia de seguridad extranjera en el aeropuerto para permitirle reabrir de manera segura para vuelos comerciales.
Queda por ver cuántos afganos serán aceptados por las naciones occidentales. Los vecinos de Afganistán no desean albergar olas de refugiados desplazados.
Pero las Naciones Unidas y otros advierten que el rápido deterioro de las condiciones económicas y sociales podría hacer que muchos afganos huyan en los próximos meses.
“Para sus vecinos, el riesgo inmediato de la incertidumbre política en Afganistán está relacionado con un flujo potencialmente grande de refugiados”, dijo Moody’s Investors Services en un informe reciente.
¿CÓMO TRATARÁ LA COMUNIDAD INTERNACIONAL AL NUEVO GOBIERNO TALIBÁN?
El primer régimen talibán fue un paria global, no reconocido por ninguna potencia occidental y nunca se le permitió ocupar el asiento de Afganistán en las Naciones Unidas. Pero Washington ha entablado un diálogo intenso con el liderazgo político de los talibanes tanto antes como desde que la administración Trump y el cofundador de los talibanes firmaron el acuerdo de febrero de 2020 que allanó el camino para la retirada militar de Estados Unidos.
Los talibanes anhelan el reconocimiento internacional como gobernantes legítimos de Afganistán y también necesitan apoyo financiero urgente para evitar que se agrave la crisis económica y humanitaria del país.
Washington y sus aliados esperan que la promesa de legitimidad internacional -y acceso a fondos- influya en el comportamiento de los talibanes e impulse hacia políticas más moderadas.
Sin embargo, los líderes talibanes también han cortejado tanto a China como a Rusia, que pueden brindar asistencia y otorgar reconocimiento con menos condiciones.
¿REAPARECERÁ AFGANISTÁN COMO BASE DE ORGANIZACIONES TERRORISTAS ISLAMISTAS GLOBALES?
En el Acuerdo de Doha de 2020 con Washington, los talibanes prometieron evitar que Afganistán se convierta en un santuario para los grupos terroristas globales, de la forma en que alguna vez protegió a Al-Qaeda.
Sin embargo, muchos se muestran escépticos de que los talibanes tengan la intención o la capacidad de cumplir esa promesa. Esas preocupaciones se reforzaron la semana pasada, cuando un atacante suicida apuntó a las multitudes que presionaban contra las puertas del aeropuerto de Kabul, matando a más de 100 civiles afganos y 13 marines estadounidenses.
La responsabilidad fue atribuida por Isis-K, afiliada afgana del grupo terrorista que ha estado compitiendo con los talibanes por la influencia en Afganistán y aspira a establecer un gobierno islámico más allá de las fronteras nacionales de Afganistán.
Los funcionarios estadounidenses estiman que Isis-K tiene ahora unos 2000 combatientes endurecidos, muchos de ellos miembros talibanes descontentos. Muchos analistas advierten que la retirada de Estados Unidos incentivara a otros grupos yihadistas, lo que provocará una mayor afluencia de militantes islamistas al país.
Aunque es posible que Washington no inicie pronto relaciones diplomáticas formales con el nuevo gobierno talibán, se espera que Estados Unidos y los talibanes cooperen silenciosamente en medidas antiterroristas para mantener a raya a los grupos más extremistas.
“Públicamente, Estados Unidos dijo que no reconocerán a los talibanes como un gobierno legítimo”, dijo el politólogo Omar Sadr, autor del libro “Negociando la diversidad cultural en Afganistán”. “Sin embargo, su relación es más que transaccional. Parece que los talibanes son socios de confianza”.