Un informe elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el 80% de los puestos laborales caídos eran informales.
El Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentó un nuevo informe para repasar los efectos directos que la pandemia del coronavirus tuvo sobre un drama que demanda reformas radicales y urgentes.
En diciembre del año pasado, la UCA calculó que el 44,2% de las personas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza. Y ahora presentó sus conclusiones sobre las carencias que afronta ese universo de personas y sobre los daños colaterales que generó la llegada del virus que aún mantiene en vilo a la Argentina y al resto del mundo.
En su trabajo denominado “Un rostro detrás de cada número: radiografía de la pobreza en la Argentina”, el centro de estudios identificó que en 2020 hubo un salto de 4,6 puntos porcentuales en la matriz de la pobreza multidimensional de la población urbana, es decir, de las carencias no sólo sujetas a los ingresos económicos sino también a las condiciones de alimentación y salud, vivienda, al acceso a la educación y a servicios básicos, entre otras.
“Esta situación ha crecido en los últimos años y con el covid también, pero la situación estructural es acuciante”, sentenció Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Al presentar el informe, Salvia agregó que dar a conocer esos datos también “es una manera de interpelar a las dirigencias políticas y económicas de nuestro país acerca de que nuestras deudas sociales son estructurales y que hay que abocarse con políticas de cambio estructural a esas realidades”.
“No surgieron con la pandemia ni van a terminar con la pandemia si no hacemos algo para que vayamos terminando la realidad injusta”, insistió.
Salvia volvió a destacar que “se hubiese duplicado la pobreza extrema” sin la Tarjeta Alimentar o el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), programa que se aplicó durante la cuarentena estricta del año pasado y que se destinó a 9 millones de personas que recibieron tres pagos mensuales de 10.000 pesos por beneficiario. Sin embargo, aclaró que esos planes oficiales son apenas un alivio para la situación que transita el país.
“La pobreza es estructural en la Argentina, no se requiere de más programas sociales. Ningún programa social adicional va a poder sacar a la Argentina de la pobreza sino es el trabajo”, dijo.
Salvia también calculó que el golpe de la primera ola del coronavirus provocó la pérdida de casi 800.000 empleos, de los cuales el 80% eran del sector informal. “El desempleo en la Argentina hoy ya no sería del 13,5% que hemos señalado, sino que llegaría al 28,5%”, alertó.
La presentación se realizó con motivo de anunciar que el 12 y 13 de junio se realizará en todo el país la Colecta Anual de Cáritas. Al respecto, el monseñor Carlos Tissera, que conduce ese programa, indicó que “en 2019 estábamos asistiendo a 1.200.000 personas y en 2020, llegamos a asistir a 3.300.000”.