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Los cracks tucumanos del asado ante una prueba de fuego

Los equipos de Envuelto en llamas y Panza llena corazón contento representarán a la provincia en el torneo internacional de asadores de Antofagasta, en Chile. Asar un pulpo y un extraño pescado ignoto por acá, los principales desafíos de estos capos de la parrilla que van por la copa.

– ¿Cómo estás José?
– Acá che, preparando todo para Chile…envuelto en llamas – responde con naturalidad la voz del otro lado de la línea y después ríe. Las risas son por la redundancia.  José es José Figueroa, el capitán del equipo de asadores “Envuelto en llamas”, uno de los dos representantes tucumanos en el BBQ Festival de Antofagasta, el primer Torneo Internacional de asadores del norte de Chile.
El equipo local de cracks del asado alista detalles para lo que será su primera incursión internacional. La próxima semana, cuando los cuatro miembros del team crucen en auto la cordillera, lo harán con las parrillas cargadas de ilusiones.   “Las expectativas nuestras están muy arriba, estamos confiadísimos. Vamos a hacer podio, estamos con mucha fe y los platos están perfectos. Hace dos meses que nos estamos preparando  y probando recetas”, cuenta el capitán.
“La semana pasada le metimos tres entrenamientos”, dice José y para quien no sabe los entrenamientos son a carne, sudor y brasas. Son los amigos de los “Envuelto en llamas”quienes más disfrutan de la preparación del equipo y los más envidiados por su rol de degustadores de los manjares cárneos. No la van a tener nada fácil, son 24 equipos de todo el continente que quieren alzar la copa en Antofagasta. Pero se tienen fe, más fe que Palito Ortega.
Para esta competencia internacional el principal desafío es asar a la parrilla pulpo y cabrilla, nombre de un pez marino típico de la región. Difícil encontrar un pulpo en Tucumán. ¿Cabrilla? Mucho menos. Según explica José, en estos últimos dos meses han estado entrenando con corvina o mero, lo más parecido a la cabrilla que encontraron en las pescaderías tucumanas. “Cuando les toque a ellos venir para acá les vamos a dar un quirquincho al rescoldo para que cocinen”, dice entre risas el capitán.  Para hacer frente a pescados y mariscos, el equipo consiguió un refuerzo de lujo: Lucas Grasino, a quien once años trabajando en restaurantes de la costa española lo avalan. Habrá que ver si alcanza con los pergaminos.
Si el pulpo y la cabrilla representaron escollos para el equipo de asadores tucumanos, el obstáculo más grande fue la fluctuante economía actual: “Con el dólar que se fue a la mierda se nos hizo todo cuesta arriba. Teníamos un presupuesto que ahora se nos hizo mucho más caro”. El kilo de pulpo, por ejemplo,  se fue a $1300; sólo si tienen la dicha de encontrar un pulpo en Tucumán. Por eso el último entrenamiento de los “Envueltos en llamas” será a puertas abiertas. Como para ir entrando en ritmo de competencia y recaudar fondos para el viaje, cuenta José. El equipo organizó una masterclass para el sábado a partir del mediodía donde el público podrá degustar los platos con los que competirán en Chile y otras delicias.
Ellos no serán los únicos tucumanos que nos representarán en Chile, también estará el equipo “Panza llena corazón contento”. Se trata de un grupo de amigos del Barrio O’Connor que se conocen desde chicos. Hace poco incursionaron en las competencias de asadores y esta será su segunda experiencia, la primera internacional. En el Primer Torneo Nacional de Asadores del Norte Argentino que se realizó en abril en nuestra provincia se ubicaron novenos entre 23 equipos. “Tenemos muy grandes expectativas. Hemos tenidos muy buenos resultados en el torneo anterior. Estamos con el ánimo a full, somos expertos en la parrilla”, cuenta Exequiel Franco, uno de los miembros del equipo quien aclara: “ninguno de nosotros es chef, pero nos consideramos amantes de la parrilla”. Amor es lo que sobra en este team para mantener la llama encendida.
Por estos días, el equipo también está siguiendo una rutina rigurosa de entrenamientos. Todas las semanas se reúnen, organizan los platos, idean las guarniciones y cocinan. El enorme asador de los hermanos Ramiro y Benjamín Tale es su base de operaciones. Y aunque tampoco consiguieron el exótico pez del mar chileno, practicaron con sábalos, especie más a mano para los tucumanos.  “Queremos superarnos en todos los platos, pero en costillar vacuno creo que vamos a pegar el bombazo”, advierte el joven de 27 años que es Técnico en diagnóstico de imágenes y tiene cierta cancha como asador de cuando trabajaba como en un servicio de catering. Además de Franco y los hermanos Tale, también forma parte del equipo Joaquín Palacios.
“Los contrincantes son todos muy buenos, hay un gran nivel, pero nosotros tenemos lo nuestro”, comenta Exequiel. Vayan prendiendo el fuego en Antofagasta que acá asadores sobran.

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