Las empanadas tucumanas que revolucionaron Barcelona con sus colores

Mariano Najles y Diego Rojas son los dueños de ‘Las Muns’, un negocio que ofrece variedades de empanadas con masas en distintas tonalidades.

Que las empanadas son una delicia no es una novedad. Que su presentación sea en distintos colores, y que hayan conquistado Barcelona, claramente si lo es.

Ésta es la historia de “Las Muns”, un negocio encarado por los tucumanos Mariano Najles y Diego Rojas, que hoy cuenta con 10 locales en tierras catalanas.

El camino fue complicado y lleno de obstáculos. “Va a ser muy difícil que te vaya bien”, le dijo Diego a Mariano la noche que se conocieron y le contó la idea.

Sin embargo, comenzaron vendiendo el producto en Manjares, una tienda étnica con carnicería argentina que había instalado Diego. Las empanadas se hacían en la casa, respetando la receta tucumana de carne cortada a cuchillo, y se vendían unas 200 empanadas por mes. Era tan solo el comienzo.

Mientras compartían ideas y ensayaban sabores nuevos, Diego propuso hacer las masas de colores. “Para mí fue el momento eureka. El momento de pensar que la empanada era un envase perfecto para meter lo que uno quisiera”, señala Mariano.

A partir de ahí llegó el click. Enviaron a sus conocidos cajas de empanadas gratuitas a cambio de que contesten una encuesta, y así recibieron el feedback que necesitaban para ajustar detalles. Al final de 2012 estaban vendiendo entre 3000 y 5000 por mes, siempre a amigos o a amigos de amigos. Diego cocinaba y entregaba. Mariano administraba y seguía con Manjares. Y aparece Carlos, un socio argentino que los apoyó para la apertura del primer local.

Con un negocio físico, las ventas cayeron sorpresivamente y parecía que el sueño llegaba a su final. “Pronto empezamos a hacer degustaciones con empresas, mandamos fylers a todas las de la zona, empezamos con el delivery, la gente nos empezó a conocer y empezó a levantar”, recuerda Diego.

A partir de allí no pararon. En la actualidad ya cuentan con 10 sucursales, y planean abrir más en otras ciudades catalanes, fuera de Barcelona, y desembarcar en Madrid. La clave, aseguran, está en el sabor. “Usamos el mejor solomillo de España, que es gallego, provolone y muzzarela italiana, albahaca fresca”.