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Novedad desde Washington: negociará Kozac por el FMI con Argentina

El encumbramiento de Kozac no necesariamente debe ser algo negativo para la Argentina. La economista norteamericana detenta el cargo de directora adjunta del departamento Occidental. Más literalmente, la número dos de Werner.

Martín Guzmán ya sabe que cuando llegue la próxima semana a Washington para retomar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se encontrará con un cambio importante en el marco de debate. La responsable máxima con la que deberá interactuar el ministro de Economía será Julie Kozac. Y, es probable, que deba convivir con Marc Rosen como referente de los Estados Unidos en el board del organismo. En principio ambas situaciones no deberían tomarse como un empeoramiento o como una complicación en las condiciones de la negociación, pero sí como una marcación de estilo en la manera que deberán plantear la comunicación los funcionarios argentinos. Kozac y Rosen son norteamericanos trabajando en el FMI. Y como tal, enemigos de las vueltas dialécticas y amigos de las respuestas concretas y las soluciones firmes y claras.

El empoderamiento de Kozac parece haber sido decisión personal de la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva. La búlgara comprendió en los últimos tiempos que sostener al mexicano por adopción Alejandro Werner como el responsable máximo de la relación con Argentina; puede ser contraproducente con el objetivo de llegar a una Carta de Intención, en algún momento del futuro. La decisión fue tomada antes de la embestida del lunes pasado de Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa, anunciando una penalización a los locales que participaron en la aplicación del stand by del período 2018- 2019. Más convencida estará en estos tiempos que llegó el momento en que el director gerente para el Hemisferio Occidental, se concentre en su cargo y deje el caso argentino en funcionarios más técnicos y menos políticos. El encumbramiento de Kozac no necesariamente debe ser algo negativo para la Argentina. La economista norteamericana detenta el cargo de directora adjunta del departamento Occidental. Más literalmente, la número dos de Werner. Fue designada como parte del equipo que debería fiscalizar al país, desde el primer momento que Alberto Fernández llamó a renegociar el stand by vigente pero suspendido cuando este llegó al poder. En sus visitas a Buenos Aires como parte del equipo que responde al responsable del caso argentino, el venezolano Luis Cubbedu, mostró buena sintonía con Guzmán, el embajador local ante el FMI Sergio Chodos y el presidente del Banco Central Miguel Pesce. Kozac apostó, al menos hasta acá, a la comprensión de la situación de la economía argentina, pereció comprender las circunstancias políticas y económicas en las que se encontraba el gobierno de Alberto Fernández y deslizó algunas consideraciones negativas a la manera en que se otorgó el crédito que ahora se renegocia. Aunque su cargo implica mantener una posición acética en sus opiniones personales, la norteamericana mantuvo actitudes flexibles en terrenos resbaladizos. Sin embargo, siempre dejó en claro que Argentina debe comprometerse a metas numéricamente comprobables y mensurables. Y, lo más importante en las actuales circunstancias, siempre habló de acuerdos a 10 años para el posible Facilidades Extendidas que discute el país; y en los términos clásicos del organismo financiero internacional. Reconoce Kozac que cualquier alteración a este marco la excede, y deberá pasar a ser considerado dentro de las líneas políticas del FMI. Sería terreno de Georgieva, o, más aún, los líderes de los países que dominan el “board” del organismo; comenzando por el presidente norteamericano Joe Biden.

Aquí surge un problema. El jefe de Estado parece no tener apuro en avanzar en un recambio de Mark Rosen, el embajador ante el directorio del FMI designado por su antecesor Donald Trump; y el dueño del voto clave a favor o en contra del país. Rosen ocupa el cargo desde mayo de 2019, en reemplazo de Mauricio Clavet- Carone, y tendría derecho a permanecer en el puesto hasta mayo de 2021; respetando las tradiciones de dos años de duración de cada embajador designado por parte de los países más importantes del directorio.

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