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La inflación acumula 22% desde enero y un 47% en el último año

La inflación terminó en mayo cerca del 3,8% y ya acumula casi un 22% en los primeros cinco meses del año y un 47% en el último año, según las consultoras privadas que miden los precios en forma regular.

El pronóstico de las consultoras fue convalidado por una fuente oficial, que anticipó que se prevé un resultado levemente más tranquilo que el 4,1% de abril y consideró que la suba de precios ya dejó atrás su peor parte, aunque se estabilizó en un piso alto, por encima del 3 por ciento mensual.

En particular, afirmó que los precios regulados deberían mostrar una desaceleración en los próximos meses y que la gran batalla se jugará en la efectividad que tengan los controles de precios en los alimentos. En este sentido, admitió que en junio habrá un impacto por el paro del campo en la comercialización de la carne, como respuesta a la decisión del Gobierno de prohibir temporalmente las exportaciones.

Por otro lado, la fuente oficial afirmó que el confinamiento de fines de las últimas semanas tuvo un efecto neutral sobre la variación de precios, a diferencia de los que diagnosticó el Banco Central. Entre las consultoras, la dispersión en los resultados preliminares del mes pasado resultó bastante alta, del 4,4% registrados por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) hasta el 3,2% del estudio Ferreres & Asociados.

En lo que no difieren demasiado es en la proyección anual, ya que consideran que cerrará en torno del 47 por ciento, frente al 29% fijado por el Ministerio de Economía en el presupuesto nacional.

El resultado de mayo se ubica por debajo del 4,1% registrado en abril, pero hay que tomar en cuenta que sigue lejos del promedio mensual deseado por el Gobierno, ya que oscila entre el 3,5 y el 4 por ciento, aunque los analistas siguen pensando que puede desacelerarse en los próximos meses.

Si bien en la primera parte de este año se moderó el déficit, los economistas creen que el segundo semestre habrá más emisión monetaria como producto de la pandemia y de la campaña electoral.

Al respecto, el vaso medio lleno que observan en el Gobierno es que no se disparará por encima del 50 por ciento, como ocurrió en 2019 (aunque en aquel momento la mayoría de los precios estaban liberados).

La inflación está acelerando más que el tipo de cambio y que los salarios, lo cual es casi el peor de los mundos, porque el país pierde competitividad externa y poder adquisitivo al mismo tiempo”, analizó con preocupación, Federico Moll de Ecolatina.

“Creemos que en 2022, con un escenario electoral, los precios volverán a moverse más rápidamente en materia de tarifas, consumo masivo y otras variables que hacen pensar en una nominalidad que será muy compleja y no muestra señales de desaceleración”, explicó Moll.

En tanto, Claudio Caprarulo de Analytica, indicó que “la inflación cerró en 3,8% en mayo, traccionada principalmente por aumentos en las tarifas de electricidad, combustibles y prepagas, y los bienes con estacionalidad”.

“El resto de los bienes y servicios hicieron de ancla para que finalmente la inflación comience a converger a una menor tasa de aumento, llevando a que el IPC vuelva a ubicarse por debajo del 4%”, indicó.

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