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¿Cuándo se logra la inmunidad de rebaño que liberó a Nueva York y a Israel de los barbijos?

Infectólogos y especialistas explican que no es fácil obtenerla, aunque aseguran que es la clave para volver a la normalidad. Entonces, ¿cómo y cuándo se logra?

Haber visto la felicidad con la que niños, jóvenes y adultos de Nueva York (Estados Unidos), y de Israel se quitaban los barbijos tras el levantamiento de las restricciones por coronavirus, les devolvió la esperanza a los países cuyos planes de vacunación siguen en curso, aunque a paso más lento. Esa sensación de libertad y vuelta a la normalidad es alentadora y demuestra que las vacunas contra el SARS-CoV-2 se volvieron imprescindibles para ponerle fin, de una vez por todas, a esta pandemia que cambió la vida de todos.

Pero, ¿cómo fue que lo lograron? Hace tiempo que los científicos hablan de la inmunidad de rebaño o colectiva, que no es más que un cálculo matemático que si bien es difícil de lograr por distintos factores externos y políticos, es clave para frenar la pandemia y volver a la normalidad a la que estábamos acostumbrados.

Adam Kleczkowski, profesor de Matemáticas en la Universidad de Strathclyde (Escocia), comparó a la inmunidad grupal con un incendio forestal al que se le acaba la madera seca. “Si ya no hay suficiente madera para quemar, al incendio se le termina el material combustible y se extingue. Cuando haya suficientes personas resistentes al coronavirus, ya sea porque han sufrido la infección o porque han sido vacunadas, el virus no podrá seguir propagándose, y los casos dejarán de aumentar, de modo que la pandemia comenzará a declinar”, sostuvo.

Según explicó el especialista en un artículo de DW, el porcentaje de personas inmunes necesario para lograr ese nivel de resistencia masiva al virus se centra en el factor reproductivo R. Este refleja la cantidad, en promedio, de personas a las cuales un infectado puede contagiar en un momento dado. “Si el número R está por debajo de 1, es decir, cuando una persona infectada no contagiará a más de una sola persona, la enfermedad empieza a declinar y desaparece”, aseveró.

“Podemos lograr eso esperando el tiempo suficiente, de modo que la mayoría de la gente se haya contagiado el coronavirus, o a través del distanciamiento social, las restricciones y vacunando a la suficiente cantidad de personas”, dijo. Y añadió: “La clave para comprender esto es que no todo el mundo necesita ser inmune. Hay un punto en el que una cantidad suficiente de gente es inmune, y el fuego no puede seguir propagándose”, alentó.

Con Bienestar habló sobre este tema con dos infectólogos. Gerardo Laube, pediatra, infectólogo y jefe de Guardia del Hospital Muñiz, explicó que la inmunidad de rebaño es cuando “hay un porcentaje suficientemente significativo de la población que tiene anticuerpos contra determinada enfermedad y, de esa manera, se alcanza una alta proporción de personas que están protegidas contra esa afección”.

En ese sentido, añadió: “Epidemiológicamente, significa que cuantas más personas inmunizadas haya contra el coronavirus, menos posibilidades tendrá un susceptible de entrar en contacto con alguien infectado. En el caso del COVID-19, se habla de inmunidad de rebaño cuando cerca de un 70% de la población está vacunada o cuando la enfermedad se diseminó tanto que infectó a una gran cantidad de individuos. La inmunidad colectiva es entonces alcanzar un número importante de individuos que estén con anticuerpos, es decir, inmunológicamente protegidos frente a la enfermedad. Eso es algo que ya pasó con el sarampión”.

El problema, advirtió el especialista, es la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2, ya que hay que ver qué protección brindan las vacunas contra estas mutaciones: “Que uno se vacune no necesariamente indica que no se va a infectar, sino que habitualmente evita las formas graves de la enfermedad como pasa con estas vacunas o con la de la gripe. Tanto Estados Unidos como Israel tienen datos concretos que les permitieron terminar con las restricciones y el uso de los barbijos, pero sólo el tiempo dirá si sus decisiones de liberar todo fueron adecuadas o no”, concluyó.

Por su parte, el infectólogo Antonio Montero (M.P. 8.249) le dijo a Con Bienestar: “El término inmunidad de rebaño alude a una expresión epidemiológica que tiene como precepto que, si se vacuna a una parte importante de la población y desarrolla anticuerpos, el virus ya no encontrará suficientes personas sensibles a la infección como para poder mantener la epidemia”.

Sin embargo, advirtió: “Eso aplica para enfermedades poco contagiosas, pero no tanto para enfermedades tan contagiosas como el COVID-19, la varicela y la viruela”. El especialista coincidió con su colega en que muchos científicos aseguran que vacunando a un 70% de la población de un país, se termina el coronavirus, aunque él no está de acuerdo.

En esa misma línea, alertó: “En Chile -que tiene vacunado al 75% de su población-, la situación no tiene freno. A mi criterio, la inmunidad de rebaño no existe para frenar el coronavirus. Para lograr una inmunidad colectiva real, hay que vacunar al 100% de la población, como sucedió en Israel. Como EE.UU. no tiene a toda su población vacunada, el riesgo de introducción de nuevas variantes y, por ende, de una nueva ola epidémica siempre existe”.

Entonces, ¿cuál es el porcentaje necesario de inmunidad colectiva para derrotar al coronavirus? Al inicio de la pandemia los científicos calcularon esa cifra en alrededor de un 60 a un 70%. No obstante, ahora los expertos hablan de un 80% e incluso un 90%.

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