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A 56 años del cierre de los ingenios en Tucumán

Este 22 de Agosto se recuerda el Día Nacional del Desagravio al Pueblo Tucumano, debido a la decisión del gobierno militar de Juan Carlos Onganía, que provocó una crisis social y económica en la provincia.

En el año 2021, el Gobierno Nacional promulgó la Ley 27620 que instituye el 22 de agosto como el Día Nacional del “Desagravio al pueblo tucumano por el cierre masivo de ingenios azucareros pergeñado por la dictadura militar de 1966″, en recuerdo a la medida llevada a cabo por el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía.

Santa Ana, Bella Vista, Los Ralos, Esperanza, Amalia, Marapa, La Florida, Lastenia, Nueva Baviera, La Trinidad y San Antonio. Un 22 de agosto mediante un decreto firmado por Onganía, cerraban 12 ingenios en Tucumán, después de que 7 de los nombrados fueron intervenidos. Días antes, Policía Federal y Gendarmería desalojaron a los trabajadores con armas. A 55 años del cierre de los ingenios, todavía se habla de los empresarios traidores que llevaron a consecuencias económicas terribles en 10 mil cañeros tucumanos y obreros, que se manifestaron de distintas maneras, inclusive realizaron las famosas “marchas del hambre”. La situación generó con los años no solamente que existan familias completas sin ingresos, sino que aumentó la desnutrición, comenzaron a crecer las villas miseria, y la indignidad era moneda corriente después de la mutilación del aparato económico de la Provincia.

Hugo Santillán, hermano de don Atilio Santillán, es un exdirigente azucarero se refirió a esta Ley del Desagravio, en relación a los hechos del pasado, en donde puntualizó con nombre y apellido a los responsables de esta situación:

“Este fue un negocio absurdo, sucio y que golpeó a la sociedad tucumana, especialmente a las familias azucareras. Hay libros escritos con la documentación necesaria que hablan de los negocios sucios sobre los precios de cada tonelada. Me refiero a las familias de Pedro Blaquier, Emilio Arrieta, patrón Costa, los Paz de Tucumán, los Prat-Gay de Tucumán, los Nougués de Tucumán. Fue un negocio absurdo con la complacencia de los industriales tucumanos”, comenzó.

“Nueva Baviera a través de un engaño se sacó toda la maquinaria, en Amalia se llevaron los trabajadores al Cadillal y cuando volvieron no había máquinas. En Mercedes, a través de préstamos del Estado, Arrieta y Blaquier trajeron un trapiche e inmediatamente cerraron el ingenio, se llevaron todo. La cabeza de todo el daño que sufrió la Provincia de Tucumán en el 66 la tuvo Ledesma, manejado por un lado por Arrieta y por otro lado por Pedro Blaquier, y se quedaron con una fortuna que hasta ahora siguen teniendo”.

La queja de Santillán viene por el lado que se ha encarado esta Ley, pues apunta a Onganía como único autor y culpable de este cierre de ingenios, sin tener en cuenta la complicidad empresarial de la que hasta el día de hoy se habla:

“En este momento se aprobó por la Nación el desagravio de la provincia de Tucumán. Esto está muy mal fundamentado, porque esa Ley manifiesta que el ideólogo de ese desastre fue Onganía, y él fue el ejecutor. El autor ideológico fueron quienes ya nombré. Uno de los encañonados por la Federal ese día fui yo. Bella Vista se salvó basado en la lucha de todo el pueblo, contar todo sería muy largo, todas las acciones como la huelga de hambre y las mujeres que paraban los trenes, daban un marco para la lucha, hicimos de todo real y clara, nunca fuimos subersivos o guerrilleros, peleábamos por nuestro trabajo. Ese hecho sirvió para que nos califiquen de distintas maneras y hasta nos maten 130 trabajadores, sobre todo los principales dirigentes”.

A pesar de su edad, Hugo Santillán no ha querido dejar pasar por alto esta situación y ha llegado primero a la Federación Económica de Tucumán para plantear su proyecto de reparación histórica a los obreros del azúcar:

“Tengo varios años planteando la reparación histórica de Tucumán. Hasta que sucedió lo de la FET que querían poner el mismo plan los del Operativo Independencia. Mandé una carta documento diciendo que no podían ser parte de este proyecto los mismos que habían sido parte del horror, refiriéndome a la parte cañera de la FET.”

“Hubo una gran negativa, entonces viajé a Buenos Aires y respaldado por organizaciones de DDHH fui a la corriente general del gremio donde me atendieron muy bien, me reuní con los Diputados Nacionales, puntualicé ciertas cosas, con la Ley de desagravio nos dieron toda la razón”, contó.

“Conocí a Walter Correa que junto con Hugo Yasky y nos firmaron el proyecto. El Diputado Correa me dijo algo que me golpéo fuertemente, me dijo que tenía la obligación moral de firmar el proyecto, me dijo que cuando él tenía 5 años iba con su papá y su abuelo y los veía pelar caña y cargar los carros. Ahora está en la cámara de diputados de la Nación el proyecto”, informó el exdirigente, que al igual que miles de tucumanos, guarda esa herida abierta por el cierre de la fuente de trabajo de miles de compañeros, sumado al asesinato de los dirigentes que fueron acusados de atentar contra el Estado por defender los derechos de sus compañeros.

eltucumano.com

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